George Best hizo honor a su apellido (en inglés significa ‘Mejor’) dentro de la cancha y escribió una historia paralela fuera de ella que le hizo ser el centro de la noticia permanentemente en las Islas Británicas y Europa, además de llevarlo a una temprana muerte que ha agigantado su imagen de ídolo.
Nació el 22 de mayo de 1946 en Belfast, Irlanda del Norte, siendo uno de los seis hijos del matrimonio de Dickie Best y Anne Whitters. Su madre murió a los 55 años, en 1978, víctima de una enfermedad relacionada con el alcohol.
Dueño de una clase exquisita para jugar, George Best no tardó en llegar al Manchester United a la temprana edad de 15 años, gracias al descubrimiento de un buscador de talentos del equipo inglés, llamado Bob Bishop, el cual, tras verlo, enviaría un telegrama al manager del United con la siguiente frase: ‘Creo que he descubierto un genio’.
A la edad de 17 años debutó en la primera división del MU, ante el West Bromwich, en 1963, y una semana más tarde anotaría su primer gol, ante el Burnley. A los 20 años le anotaría dos goles al Benfica portugués en cuartos de final de una Copa Europa y se ganaría, por su magnetismo, cabello largo y estilo único, el apodo de ‘El Quinto Beattle’.
En la temporada 1966-67 el Manchester se coronaría como el mejor de Europa, derrotando nuevamente al Benfica por 4-1 con dos goles de Best. El irlandés, también apodado ‘Belfast Boy’ ganaría el Botín de Oro de Europa y su fama de crack se terminaría de consolidar.
Paralelamente una vida de trasnoches, tragos, mujeres y autos caros, comenzaba a construir una historia que uniría el morbo con la leyenda en un solo personaje. Sus inversiones se dirigieron a la noche que tanto lo apasionaba, abriendo dos clubes nocturnos en Manchester, Oscar’s y Slack Alice’s, así como algunas boutiques.
A la temprana edad de 27 años, en 1974, Best abandonó el Manchester, dejando tras de sí una performance de 466 partidos con el equipo en los cuales anotó 178 goles y fue, durante seis temporadas seguidas, el máximo anotador del equipo.
Volvería en la temporada 1976-77 a jugar con Fulham, pero aunque demostraba que sus habilidades se mantenían, su condición física ya no le permitía competir a un nivel aceptable. También pasó por Estados Unidos entre 1977 y 1981, jugando para Los Angeles Aztecs, Fort Lauderdale Strikers y San Jose Earthquakes. Luego de un breve pasaje por Hong Kong, Best recaló en el Bournemouth, a los 37 años, para retirarse definitivamente del fútbol en ese equipo, cuando corría 1982.
Su única oportunidad de jugar un Mundial fue en España 1982, cuando Irlanda del Norte logró clasificar, pero no fue citado finalmente por el seleccionador de su país, Billy Bingham.
Víctima de un cáncer de hígado, producto de la bebida que nunca pudo abandonar, Best falleció el 25 de noviembre de 2005 en un hospital de Londres. El 3 de diciembre su cuerpo abandonó la casa familiar donde era velado para ser llevado al edificio del Parlamento Irlandés, acompañado de aproximadamente 100.000 personas que querían despedirse de una de las celebridades de Irlanda del Norte.
Fue considerado como uno de los grandes de la historia del fútbol y un personaje peculiar con una filosofía de vida que lo describe en algunas de sus frases inolvidables:
“He gastado mucho dinero en mujeres, coches y alcohol…el resto lo he despilfarrado”.
“Si yo hubiera nacido feo, ustedes no habrían oído hablar de Pelé”.
“En 1969 dejé las mujeres y el alcohol; fueron los peores 20 minutos de mi vida”.
“Hace años dije que si me daban a elegir entre marcar un golazo al Liverpool o acostarme con Miss Mundo iba a tener una difícil elección. Afortunadamente, he tenido la oportunidad de hacer ambas cosas”.
Pero su frase final, la cual hizo publicar en un conocido periódico inglés, cinco días antes de fallecer, junto a una foto tomada por un amigo en su lecho de muerte en el hospital Cromwell de Londres, decía a modo de advertencia: ‘No mueran como yo’.
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